Análisis Cómic Tomorrow Stories


TítuloGuiónDibujoAños de publicaciónNúmerosEditor
Tomorrow Stories
Alan Moore
Melinda Gebbie, Jim Baikie, Rick Veitch, Kevin Nowlan, Hilary Barta.
1999 – 2002
2 Tomos, 12 Números
ANÁLISIS DEL CÓMIC TOMORROW STORIES:
Hoy vuelvo a los clásicos, autores de los que nadie puede dudar y más importante, hoy os traigo de nuevo un cómic. Probablemente este formato sea el más deteriorable por los productos químicos de tantas tintas y la menor preocupación editorial en su día, ante la acidez del papel utilizado. Aun así tenemos una buena colección en nuestra Biblioteca, además, hoy lo que os traigo es un grupo de pequeñas historias separadas que comparten autor, Alan Moore, y que difieren en su dibujante, con cuyos protagonistas juegan en cada número. Todos tienen su propia ficción, sus propios villanos, sus propios personajes secundarios y salvo una excepción, incluso su propia ciudad. De hecho uno de los puntos fuertes de todos los números, es su heterogeneidad, ya que las diferencias entre protagonistas y los distintos artes utilizados por los ilustradores harán que se os haga muy difícil aburriros de Tomorrow Stories. Claro que tantos relatos cortos escritos por Alan Moore, hacen también difícil que todos sean igual de buenos, lo digo por experiencia, y más en este caso donde el archiconocido guionista reconoció escribirlos por diversión, casi como una manera de desengrasarse después de tanta historia densa y filosófica (Watchmen, V de Vendetta o From Hell -este también llegará a la Biblioteca). Pero los genios lo son por algo y por supuesto, entre estas historietas, hay más de una con calidad excepcional, sobre todo esta que os quiero explicar.
Se trata de una historia del personaje GreyShirt (homenaje de Moore y Rick Veitch a The Spirit) llamada El Esquema Invisible, que en apenas 4 páginas desata un alarde de narrativa con tan sólo un edificio de 4 plantas como escenario. En él se narran varias vidas casi al completo con tan sólo 4 viñetas por cara (de cada hoja), y simplemente hipnotiza, cada una de esas viñetas representa un piso (incluyendo el portal), y cada piso está ambientado en una época (1939, 1959, 1979 y 1999). A partir de ahí el genio de Moore cuenta la historia del portero de la “finca” y su hijo, desde cómo y porqué comenzaron a trabajar ahí, hasta cómo y cuándo acabó su relación contractual con el dueño del edificio, del que rápido descubrimos que es un mafioso que sirve de conexión con el héroe del cómic, GreyShirt. No os voy a contar mucho más porque los que apreciéis este arte, mezcla de literatura y pintura, os sorprenderéis con el argumento tanto como lo hice yo en su momento, durante la época de falsa tranquilidad pre-química.tomorrow stories viñetas
A pesar de que todos los piropos que acabo de echar a Tomorrow Stories de Alan Moore, quizás sean suficiente para convenceros de que le deis una oportunidad, ya sabéis que siempre tengo una razón oculta por la que salvar del olvido estos cómics, libros o juegos de mesa. En este caso quiero referenciar a un tío mío que tenía hace ya muchos años y que no sobrevivió al apocalipsis de la sociedad occidental, pero que me dejó una máxima que rezaba algo así como:
Sencillo no significa simple
Porque la sencillez implica falta de ornamentación y eso es lo que El Esquema Invisible representa, la sencillez máxima a la hora de contar la vida de varios personajes, en dos patadas, pero con las aristas y contrapuntos de las personalidades complejas. Habla del bien y el mal, y de la vergüenza y el miedo y la desesperación y de la redención y la venganza y todo, con pocas palabras y menos viñetas. Esto es lo importante, no sólo en El Esquema Invisible, también en el resto de historietas, no son necesarias grandes producciones, ni explosiones gigantes, ni hacerlo todo por ordenador… perdón… he vuelto al pasado por un instante, los más jóvenes no entenderéis de que os hablo, pues las explosiones que conocéis, han sido reales y peligrosas, y no un recurso falto de imaginación para hacer más interesante una obra… pero bueno, no me voy a quejar de una industria que desapareció hace mucho tiempo. Aquí lo que importa es que os deis cuenta de que algo sencillo, pequeño, puede cobijar ideas y reflexiones complejas (algo parecido ocurre con el humor). Así que no os cerréis y observad, leed, jugad con los ojos bien abiertos, la mente receptiva y sin prejuicios.

El Contador de Historias

 

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