Movimientos intestinales que preceden a la clarividencia, retorcijones de sabiduría, el conocimiento se aumenta en el retrete, desde los libros más sesudos hasta los componentes del champú, todo entra mejor en el váter, será porque siempre que allí te sientas todo sale. Ahora es tendencia la compañía digital en las deposiciones, nada analógico, videojuegos tragaperras, noticias simuladas y redes sociales que apestan a resentimiento, al menos favorecen el tránsito aunque también inunden tu mente de lo mismo que has ido a evacuar.

Corren entre árboles escondiéndose de aquellos que les buscan, la persecución nunca para pues si alcanzan a uno sólo, será económicamente rentable. Lo único que quieren es aprender de ellos y aunque sean comprobables algunos secuestros aceptados a base de talonario, ellos, los que siguen escapando, anhelan la independencia para su arte, su cultura. Los primeros, los que huyen, quieren jugar pero con sus reglas, los primeros investigan con sus medios, alejados del bosque en el que ahora se ocultan, es más sencillo desaparecer entre la multitud, los primeros encontraron los huevos de oro y la gallina, alguno con más fortuna. Los segundos les investigan, quieren esa fórmula que en muchos casos fue una sorpresa, una casualidad, un instante, los segundos quieren encerrarla en un laboratorio, sacar los ingredientes y replicar la receta de la forma más generalista y simple posible, así será económicamente rentable. Los segundos desean comprar la genialidad y cómo hay que comer, a veces lo consiguen. Si no encuentran al hambriento entre los primeros, los segundos inundan el sector con copias y a pesar de no ser iguales, sí que producen más beneficios.

Suena el microondas, el agua ha hervido y ya está todo preparado para el té. La leche borbotea en la cacerola y el café ya se ha filtrado, ¿cómo lo queréis?… cuidado, todavía está caliente. La yesca prende a toda velocidad y las llamas se extienden de a poco por los troncos, cortados por la mitad cuesta menos que ardan. El sonido del fósforo sorprende por su violencia y la flamante flama recién creada llama la atención en la oscura situación.
¡¿Pero cómo me puedes decir eso a MÍ?!
¡No hay nadie más aquí, IMBÉCIL!
¡Fuera de MI despacho si no quieres que te reviente…!
¡¿Qué me vas a reventar tú SUBNORMAL?!
Blam…
Al fin habéis llegado, venga… ¡Llevároslo de aquí!
¿Así qué necesitas de tus perros de seguridad?… ¡¡COBARDE!!
Blam.
La oscuridad desaparece pero no por la cerilla, no, alguien ha cambiado los fusibles y la electricidad ha vuelto. De la hoguera tan sólo quedan los restos, las brasas ahora sirven para preparar la comida de todos. Para mí un cortado por favor, pero si es posible lo quiero con hielos, qué hace un calor. Decide cambiar de infusión y siendo, como son, las once de la noche, una tila le parece mejor opción.

Pantallas que te gritan por la calle: “¡Cómprame!”.
Relojes metiendo prisa en las farmacias, tik-tak, tik-tak.
Cultura de vídeos que extinguen nuestra capacidad para ser pacientes, tik-tok, tik-tok.
Millones de coches infrautilizados con mucho más vacío que individuos;
Abuelos siendo padres entre semana pues los padres poco tiempo más tienen que para trabajadores ser;
Obligaciones a la mañana y obligaciones a la tarde y a dormir por la noche a no ser que quieras pagar el precio de un poco de libertad, tu sueño;
Más de diez años con la ansiedad de ver como el sistema se cae a piezas y cómo se repiten soluciones y mentiras y de comprobar cómo a una inmensa mayoría no le importa;
Lucha por tus deseos y tus sueños pero recuerda que por mucho que insistan: “puedes lograr TODO lo que te propongas” y por mucho que te esfuerces, sin la diosa fortuna de tu lado, puede que ese TODO se quede en nada y en el mejor de los casos, en poca cosa;
El éxito o el fracaso no mide lo bien o mal que haces algo.
Sobrevivimos en un sistema en el que no se valora la importancia del VIVIR, el TIEMPO no productivo es tiempo malogrado, principio impregnado en la sociedad de tal forma que quien menos libertad horaria tiene, es también quien más lo defiende. Olvida esos eslóganes, sólo son publicidad, acepta aquellos que sean beneficiosos para todos por igual.
Bienvenido a la UTOPÍA.

Compruebo gratamente la aportación que hacen, a la función creadora, de reflexión, expresión y análisis de tu escritura… determinadas estancias de la casa, así como los aspectos más fisiológicos y prosaicos que se llevan a cabo en ellas.
Creo que estás ampliando, los límites y géneros de tu escritura. Para bien!!!!