Ylandyss
Pau Carles
2 – 4
2015
60 – 90 min
148 cartas, 4 plantillas de control, 80 contadores variados
ANÁLISIS DEL JUEGO YLANDYSS:
En muchos grupos, con variedad innumerable de contextos, edades, géneros e ideales, sin importar cuantos compartas con el resto, os encontraréis con una realidad imposible de evitar si actuáis como personas: no siempre estaréis de acuerdo…
Pero me estoy adelantando como siempre, organizo el discurso de una manera, me obligo a seguirlo mentalmente para luego, en el primer momento, a la primera frase me salto mis propias premisas…
¿Por qué?…
Porque al fin y al cabo las musas mandan y cuando quieren expresarse ¿quién soy yo para reprimirlas?…
Pues eres el autor, se supone que tienes una obligación sobre este texto, una que tú mismo te impusiste ¿dónde está la estructura? ¿qué concepto quieres mostrar dentro de la historia que cuentas? Esto lo has comenzado como una reseña… ¿cuál es el objetivo?…
Mi objetivo es el de siempre, explicarles las mecánicas principales de un juego de mesa, una pequeña opinión personal del mismo y para los más jóvenes del Núcleo…
Sí, para ellos, ¿qué tienes para ellos? Tienes adoctrinamiento, siempre explicándoles como deberán actuar o reaccionar frente a cuestiones vitales que todavía no han sufrido ni conocido… ¿cómo le llamas a eso?
Puede parecer adiestramiento pero si el fondo de esos consejos es bueno y si siguiéndolos sólo mejorarán la sociedad en la que vivan, ¿qué puede tener de malo este adoctrinamiento?
¿Acaso no te das cuenta? ¿Acaso eres ciego? Utilizas su juventud para evitarles la libertad y la responsabilidad de decidir por sí mismos, siempre estarán de fondo, en su raciocinio, esos consejos envenenados tuyos…
Bueno, ya está bien, se te está yendo la olla. Pero imaginad, si no puedo estar de acuerdo incluso conmigo mismo, cómo no va a haber veces en que ocurra igual sobre temas, quizás más mundanos, cómo el juego de mesa que hoy os traigo, Ylandyss, que en el grupo de juegos en el que participaba en la época pre-química, era muy valorado, con algunos fans muy acérrimos, mientras que a mí me dejaba más que frío… Aunque ahora imagino que después de esta introducción, os sorprenderá que estando en el fin del mundo como estamos, lo haya salvado, pues la respuesta es sencilla, cada vez queda menos cultura que rescatar… de hecho, si seguimos más tiempo seguros y bien asentados en el Núcleo, esta escasez me hará empezar a recuperar el resto de cultura que he ido dejando atrás por necesitar de otros recurso como la electricidad para disfrutarla: películas, discos, videojuegos… aunque hoy no, hoy toca juego de mesa, Ylandyss, de DMZ Games.
Y como habréis entendido, en este nuevo párrafo, toca la explicación de Ylandyss, un juego de mesa que basa sus mecánicas en la creación de mazos (esa escuela de juegos que en mi caso empezó con Dominion) y que teniendo ideas muy originales y llamativas para cambiar las dinámicas más comunes en este tipo de juegos, como ya os he dicho, a mí me deja muy frío. Todos los jugadores comenzaréis con un pack inicial de cartas que es fijo e igual para todos, en donde habrá un conjunto de magos, clérigos, comerciantes, etc. que luego se complementan con, lo que para mí es la peor idea de todo el juego, un draft de cartas principales de la baraja global. Es decir, aleatoriamente, cada jugador coge 4 cartas que no sean del kit inicial, escoge una y pasa el resto al jugador de la izquierda y el de la derecha, le pasa las 3 suyas, de ahí escogéis otra carta y esto se repite una vez más, hasta que todos hayáis cogido 3 cartas más que añadir a vuestro mazo personalizado. ¿Y por qué es lo peor de Ylandyss? Porque genera unos inicios muy desiguales entre jugadores, haciendo que si a uno le salen unas cartas muy buenas en este draft, se genere una bola de nieve a su favor que salvo pifia gorda por su parte, le suele dar la partida a la larga al permitirle ganar al inicio las subastas sin casi gastar cartas de su mano. Al menos eso es lo que comprobé al jugarlo en el pasado. Aunque para mí este punto ya es suficiente para que el juego no se gane una nota alta, todavía tiene puntos muy llamativos y divertidos. Después del draft se barajean los mazos, cada uno roba 7 cartas (4 jugadores) y del central se sacan ocho cartas al centro (para 4 jugadores) que serán las que se comprarán al final de ronda. A partir de este punto, comienza la subasta o enfrentamiento entre todos para ganar la primera posición a la hora de comprar, cada jugador bajará una carta, uno por uno, y aplicará sus habilidades. Estas cartas tienen un valor de poder y un coste en monedas, para comprar las del mercado central tendréis que jugar cartas con un poder total igual a la que queráis adquirir y pagar su coste en monedas, con monedas propiamente dichas y descartando cartas que os queden en la mano después de la subasta como si fuesen monedas. Este último punto es sin lugar a dudas el que más me ha llamado la atención y el que más le diferencia de otros deckbuildings, me ha gustado esa tensión de tener que decidir entre que cartas jugar en la subasta/enfrentamiento, cuales guardarte para descartar y cuales quedarte en la mano para la próxima subasta. Lo único que falta para terminar de explicaros por encima el juego de mesa Ylandyss, es qué ocurre cuando alguien gana la subasta, pues lo que podéis imaginar, elige primero que carta comprar de las centrales; el resto de jugadores comprarán tras él/ella (de uno en uno y de una en una). Y ya está, en líneas gruesas, no necesitáis más para jugar.
¿Entonces ahora qué? ¿el adoctrinamiento?…
Pues si le quieres llamar así, sí, el adoctrinamiento, aunque yo prefiero verlo como unos consejos sobre la vida que ellos pueden aplicar o no, no les evito tomar sus propias decisiones, no les puedo evitar el sufrimiento o la alegría que les conllevarán, no les quito la libertad; tan sólo les ofrezco ideas y conceptos que yo ya he conocido y luego les explico porque creo que si los siguen, harán una sociedad futura mejor que la que dejamos antes de los químicos…
Qué bonito suena en tu cabeza ¿eh? Qué educativo y altruista, no va y dice el egocéntrico que lo hace por una sociedad futura mejor…
¡Cállate! Ya está bien, vosotros no me hagáis caso y leed el siguiente y pequeño consejo que os he guardado, como jóvenes del Núcleo que sois, tenéis una responsabilidad con el futuro y como además vivimos en comunidad, os será muy útil. En muchos grupos, con variedad innumerable de contextos, edades, géneros e ideales, sin importar cuantos compartas con el resto, os encontraréis con una realidad imposible de evitar si actuáis como personas: no siempre estaréis de acuerdo. De hecho, incluso si compartís objetivos, seguro que en los medios o en el reparto o en las tareas a realizar habrá desavenencias, disonancias entre vuestros pensamientos, pequeñas aristas que distinguirán vuestros ideales diferenciándolos del resto pero a su vez, haciendo más difícil la resolución de los problemas inherentes a la consecución de objetivos. En este caso, el vuestro será mejorar la sociedad que terminaréis creando vosotros, porque los que ahora os parecen mayores, los que ahora os dicen que hacer, en unos años no estaremos y os encontraréis con una responsabilidad muy pesada sobre vuestros hombros, una responsabilidad que nosotros os pasamos y que gracias a lo que os podamos enseñar, llevaréis adelante resolviendo de forma educada y fría cualquier disputa que necesite el objetivo de un mañana mejor para todos. A lo mejor sois demasiado jóvenes para semejante carga, así que lo mismo que os acabo de decir se podría reducir a lo que me pasaba a mí cuando en el grupo de juegos de mesa querían sacar el Ylandyss, siendo mayoría y fanáticos, ofrecía dos soluciones que yo aceptaba y parecían razonables: “Y si echamos a otra cosa primero y luego un Ylandyss” o “Vale primero un Ylandyss pero luego un Res Arcana”.
El Contador de Historias
