Álex y la auto-defensa


La noche de Álex había sido la hostia aunque la vuelta estaba siendo antes de lo que deseaba, al final se habían pasado tanto con el Jaggermaister que dos de ellos, revolcándose en sus propios vómitos, les han pedido dejar el plan para mañana y todos han aceptado con orgullo alcohólico, pues la jauría sólo es fuerte con todos sus miembros y qué narices, ellos también se merecían divertirse y desconectar.

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No estaba acostumbrado a volver con la tenue luz de la luna marcando su solitario camino, las farolas ya no alumbraban pues el ayuntamiento, disfrazando un recorte neoliberal del gasto público de política ecológica, las apaga todas, a excepción de las vías más importantes de la ciudad, aquellas con las rentas más altas, curiosa particularidad. Pero esto a Álex le da igual, no le incumbe la política, a él sólo le importa su nación y eso es un sentimiento, respetable, pero ante los sentimientos, la lógica y el sentido común que deberían prevalecer en la política, se desvanecen porque frente a lo que él siente, no tienen importancia. El pensamiento de Álex nunca se ha preguntado semejantes cuestiones, no ha llegado tan lejos, su empatía se formó en  un hogar roto y en un foro de internet de dudosa reputación, así que como ya habréis supuesto, la empatía en su persona sorprende por su inexistencia casi total. Con estas pocas  premisas podemos retomas su marcha en esta noche atípica.

Muchas habían sido las mañanas en las que regresaba a casa satisfecho y desayunado, con las risas y el desahogo acompañando sus recuerdos y los mensajes del grupo de whatsapp que comparte con el resto de la jauría. Aunque hoy no es una de esas mañanas, que él denomina madrugadas por no haber dormido, no, hoy es de noche, noche muy cerrada, y a pesar de que antes creía que a estas horas tan tempranas nadie regresaba a casa si estaba cuerdo, se reconoció a sí mismo que se equivocaba. Mientras recorría la transitada e iluminada avenida, una de las arterias de la ciudad, muchos otros dirigían sus pasos en la misma dirección, abandonando la zona de marcha. Algunos lobos solitarios hacían eses, aquel de allá vomita en una esquina (todavía cree tener dignidad) y continúa, detrás de Álex un grupo de jóvenes muchachitas comparten risas y un litro de cerveza, a su izquierda una pareja discute al borde de la carretera con la mano en alto en busca del sueño del taxi, y delante de él un grupo de amigos algo perjudicados rememoran anécdotas de antaño en una de esas excepcionales fechas en las que logran reunirse. Álex, mostrando sus preferencias, tan sólo alcanza a pensar una cosa mientras los efluvios del alcohol hacen ascender un eructo salpicado de recuerdos de la cena.

Ojala tuviera delante a las chicas esas, seguro que alguna tiene un culito interesante con el que hacer más agradable la caminata.

Álex sale de la avenida por la derecha, la pareja queda atrás y parecen despedirse con gritos incongruentes, los borrachos con dificultades momentáneas en el andar avanzan por la vía principal, al igual que ese grupo de amigos plenos de añoranza. Las únicas que mantienen el trayecto de nuestro protagonista es el grupo de chicas, ah, y también el chaval con descomposición que tras haber vomitado una vez, vuelve a hacerlo después de adelante a Álex para llegar a los contenedores donde ha terminado la faena. Transcurren un par de minutos y Álex deja al desgraciado sentado, casi dormido, en un portal cualquiera. Los metros se consumen y los pasos pasan y nuestro protagonista está cada vez más cansado, lo único que le consuela ante la expectativa de subir esa última cuesta infernal que le lleva hasta su casa, es lo cerca que queda la recena y los buenos recuerdos que le trae ese parque privado donde se desvirgó con la jauría, logrando así su membresía.

Vamos Álex, tras esa curva está lo duro… je, je… esa noche en el parque fue literal… je, je… mmmph… ¡Joder cómo cuestan siempre los primeros pasos en la subidita de marras!

Tras los primeros pasos de la ascensión en marcha automática y recorriendo más su memoria que la propia cuesta, Álex recupera la consciencia de su entorno al escuchar al grupo de chicas que vio en la avenida y que ya había olvidado.

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Resulta que van a la misma urbanización que tú Alex; resulta que andan más rápido que tú Álex; resulta que, ahora que están tan cerca de esa chica, la de las gafas de sol por la noche, te suena de algo Álex; resulta que a tan poca distancia puedes distinguir las chapas que engalanan sus pechos: autodefensa, ¿te suena de algo Álex?

Ya no te sientes tan cómodo, ¿no, Álex?, hoy es a ti a quien persigue la jauría, hoy te aterra recibir un castigo que sigues sin creer merecido, hoy aceleras tu paso, pero resulta Álex, que no eres ni la mitad de rápido que ellas.

Hoy, Álex, te van a pagar con la misma moneda.


Y es a partir de este punto desde donde podéis continuar la historia, de la forma que queráis, no sólo en relación al argumento (olvidaros de la censura) si no en la forma. Aquí os dejo los métodos por los que podéis participar:

Por supuesto la autoría está más que garantizada y el contenido de toda la página y sus contenidos están bajo una Licencia Creative Commons que protegerá vuestro trabajo. Además me comprometo a editar tan sólo de manera formal vuestros textos y a repasar sólo las faltas ortográficas, porque aquí lo divertido será crear entre todos una historia compartiendo nuestra imaginación. Pero bueno, siempre hay que empezar por el principio. Pero bueno, siempre hay que empezar por el principio.

Animaros a participar, ya sea con una sóla frase o con una parrafada, estamos abiertos a todas vuestras ideas 🙂

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