Análisis de El Médico


TítuloAutorAño publicación
El Médico
Noah Gordon
1986
ANÁLISIS DEL LIBRO EL MÉDICO:
Hacía tiempo que no os traía un libro nuevo a la Biblioteca, pero también es cierto que hacía mucho tiempo que no encontraba ninguno en buenas condiciones y que además, mereciese la pena. Ya lo he hallado. Aún recuerdo los recuerdos que no recordaba recordar y que el hallazgo literario trajo a mi memoria. Años preadolescentes en los que, tras haber leído ya los clásicos juveniles de Verne, Melville, Stevenson, Dickens o Tolkien, tenía ganas de una temática que en su momento llamé adulta, a pesar de que esas aventuras clásicas son de todo menos infantiles. Mirándolo desde la distancia que da el tiempo, me doy cuenta de lo que quería decir en realidad con adultas, actuales, vamos, literatura contemporánea, y es lo que conseguí con este libro. Me imagino, porque no lo recuerdo, que cayó en mis manos gracias al asesoramiento de mi madre, como era habitual, y simplemente me encantó. Tanto que es una de esas novelas de las que guardo imágenes con total nitidez, ahora que me acuerdo de su existencia. El libro del que os hablo no es otro que el best-seller de Noah Gordon, El Médico, sin que best-seller sea algo peyorativo, pues todos los autores clásicos que os he nombrado también vendieron una barbaridad en sus respectivas épocas. Y aunque alguna persona que conocí en aquel pasado consumista no estaría de acuerdo, tampoco estoy comparando a Noah Gordon con Verne o Dumas ya que si fuese una competición, siempre se daría el mismo resultado … pero bueno… vuelvo a desvariar… hacía tiempo ya… perdón, la visita a la Ciudad me tiene despistado.
Una pequeña síntesis de El Médico podría ser esta: un aprendiz de barbero inglés recorre Europa y Oriente Medio para aprender medicina en plena Edad Media, pero ni mucho menos será sólo esto lo que encontraréis. Si os atrevéis a leerlo, acompañaréis a el aprendiz de barbero por un viaje de descubrimientos personales y de nuevas culturas en un mundo que, no lo olvidéis, era muy pequeño, quizás más grande que el que nos ha tocado vivir, pero diminuto en comparación con el del siglo XX por ejemplo. Recorreréis Europa hasta llegar al avanzado pueblo árabe en Oriente Medio, donde la medicina, las matemáticas y la astronomía habían sido promovidas sin la amenaza y el miedo a la iglesia católica. Y a través de estas ganas de aprender y curiosidad del protagonista, le iréis conociendo hasta en lo más profundo y privado de su existencia… lo que me recuerda una de esas imágenes que os he dicho antes, de las que se me grabaron a fuego después de leer El Médico… no olvidéis que lo leí en pleno auto-descubrimiento, en la pre-adolescencia, pero creo que fue esta escena la que dio en el clavo sobre lo que quería decir con adulto en su momento, aparte de actual como ya os he dicho. No era otra cosa que, a riesgo de sonar superficial, cuando el protagonista pierde la virginidad, en un campo de trigo gualda, bajo la luz brillante del sol… después, quizás ya saciado, me enamoré (y esta es la palabra correcta) de las explicaciones que le daban los árabes al protagonista sobre ideas, conceptos, principios médicos y físicos, astronomía o juegos de mesa… como la que le dan sobre el ajedrez, en la que yo me imaginaba un wargame casi a tamaño natural mientras la leía y… ¿y por qué me marcó tanto? Porque fue un shock descubrir que lo que para mí era algo desfasado y aburrido, bien explicado, se transformaba en una atractiva diversión con una nueva dimensión de héroes, guerreros y batallas épicas, que mi analítica mente había obviado o no había sabido imaginar… perdón, de nuevo me pierdo en mis recuerdos…
¿Entonces hay alguna razón oculta por la que nos traes El Médico? Os preguntaréis y como siempre, acertaréis. Aunque esta vez no será nada estrafalario ni rebuscado. Tan sólo me gustaría que vosotros, como los miembros más jóvenes del Núcleo y por ende los que en el futuro, si nuestra especie sobrevive a este apocalipsis químico, crearéis el nuevo mundo; os fijéis en varias de las características del protagonista que si las fomentáis, harán de vuestro nuevo mundo, un mundo mejor: no pierde su extraordinaria capacidad de asombro, la curiosidad le acompaña con el paso de los años y nunca cree conocerlo todo como para sentirse con la verdad absoluta. Si sois capaces de percataros de que estos rasgos, en realidad son inherentes al ser humano, y si sois capaces de mantenerlos a pesar de crecer, ya que si no se usan, se pierden con el tiempo. Si conserváis el carácter curioso, la capacidad de asombro y las ganas de aprender cuando os hagáis adultos, entonces el mundo estará en las mejores manos que nunca haya estado.

El Contador de Historias

Apunte desde el presente: «¿Cuál es el sentido de vida? El sentido de la vida es buscarle el sentido y por el camino, tratar de ser y hacer lo que te haga más feliz y lo que la haga divertida» Referencia a la gran serie infantil El asombroso mundo de Gumball
que da cuerda al mundo portada

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.