
Durante medio minuto el Contador de Historias se calla, hasta que el murmullo metálico constante del motor desaparece.
¿Qué os ha parecido? ¿Qué os ha llamado la atención?
Uno de los adolescentes más mayores, que sí que conoció la antigua sociedad occidental anterior, suelta una burda broma igual de antigua.
¡Qué la señora esa era una verdulera! ¡Una cotilla! ¿¡Qué conocía de toda la vida a sus vecinos!? ¡Seguro que les espiaba por la mirilla de su puerta!
Un silencio se apodera de la sala y la sonrisita que había surgido de Toni tras sus comentarios se tuerce al ver como el Contador agacha la cabeza y vuelve a preguntar al aire.
¿Qué más os ha llamado la atención?… y por dios, espero que sea algo interesante… yo pensaba que estas reuniones os estaban sirviendo para aprender…
Deja la frase en el aire y en ese lapso, una de las niñas del círculo levanta la mano y nerviosa por ser la primera vez que interviene, habla antes de que le den la palabra.
Esa señora casi no ha hablado de la droga… y cuando lo ha hecho se ha enfadado…
Los ojos del Contador se clavan en la pequeña Judith, están impregnados de esperanza y en un segundo calientan el corazón de la niña.
¡Muy bien, Judith! Tú lo has dicho, la señora parecía querer contarles lo realmente importante, qué Verónica fue feliz, qué fueron una familia de buenas personas y que su desgracia fue consecuencia de un sistema implacable… puede que más que en el que sobrevivimos hoy en día… al menos… más cruel… También habéis podido comprobar cómo esas lagartijas de los periodistas, después de escucharla y mostrarse educados, se han abalanzado sobre ella con lo del MDPV… eso mismo fue lo que hizo la sociedad con la droga que nos ahoga, por culpa de la prensa se hizo importante y cuando una sustancia con potencial de “arma de destrucción masiva”…
Sonríe y nadie sabe por qué, después continúa.
… se hace importante y se generaliza, nunca tarda en surgir alguien que se aprovecha de ella y la transforma en su propia herramienta… una herramienta para… una herramienta… ¿una herra…?
El Contador de Historias se calla paulatinamente, está confuso de nuevo, pero en el momento en que su cada más enturbiada mirada se cruza con la de Marta, reacciona y acude a la solución de emergencia acordada con su alumna más aventajada.
A ver Marta… ¿Qué íbamos a hacer después de ver el vídeo?
Y Marta sale en su ayuda.
Nos ibas a dejar preguntarte sobre cualquier caso de los álbumes.
¡Es verdad!… muchas gracias Marta… a ver, Omar, ¿cuál te ha llamado la atención? Sólo dime la fecha y el número de página y te contaré la historia.
Omar, de tez morena, pelo rizado y descontrolado y con doce años, coge el archivador, se lo pone entre las piernas y algo ansioso busca la noticia que había pensado y con dificultades lee en alto.
25 de marzo de 2016, página 35.
El silencio, como dueño momentáneo del instante, se apropia del aula para crear un suspense que el Contador de Historias sabe aprovechar bien. Una vez se ha generado el suficiente, el Contador lo despide rompiéndolo con sus palabras.
Titular: Joven anoréxica muere tras comerse a sus amigas… fue otro caso de reunión social para consumir MDPV… en este caso era sábado, las tres chicas estaban ingresadas en una clínica contra la anorexia y la bulimia… eran francesas, pero no me acuerdo del nombre de la superviviente…. como en otros casos con estas enfermedades, el desorden de alimentación estaba íntimamente conectado con la adicción a las drogas. Ese mismo sábado por la mañana una de las tres había tenido visita, su novio fue a verla y de regalo le llevó un par de gramos, iba a ser su primer aniversario y como no podrían estar juntos, quería que ella supiera todo lo que la quería… al menos eso le dijo a los periodistas… más tarde, por la noche, se reunieron las tres en la habitación de… ¡ya recuerdo su nombre!… la habitación de Brigitte, a ella le trajeron el MDPV. Lo preocupante era que sabían lo que era, ya lo habían probado con anterioridad y es que en 2016, esa puta droga formaba parte de la sociedad, se había asentado y generalizado por el mundo occidental, ellas conocían los efectos que podían sufrir y a pesar de ello consumieron, pero claro, cuando nunca te ha pasado algo así cuesta creer que serás el siguiente… hasta que lo eres… La noticia dice que cómo debían estar encerradas cada una en su habitación y que como éstas eran entornos controlados, los auxiliares del turno de noche no solían prestar mucha atención a su pasillo. Aunque eso cambió a la mañana siguiente cuando sirvieron los desayunos, el enfermero de turno abrió la puerta de la habitación de Brigitte mientras decía, ¡Buenos días, espero que tengas hambre porque hoy tenéis un desayuno riquísimo!, y entonces abrió los ojos y vio la terrible escena. La delgada francesa estaba sentada en el suelo, apoyaba su espalda en la pared y las manos sobre su estómago, como si estuviera llena. Sobre su cara el rojo escarlata de la sangre ya no brillaba porque se había secado en la madrugada y a su alrededor trozos de carne desgarrada salpicaban el piso. El enfermero avisó de la emergencia y se acercó corriendo y gritó asustado cuando comprobó que Brigitte se había arrancado un músculo de la mandíbula, y después perdió el conocimiento incapaz de asimilar la imagen de las otras dos amigas con el cráneo al aire tras haber servido de cena para la más fuerte… esto viene a decir la noticia, comprobadlo si queréis.
Omar, que ha estado leyendo el artículo a la vez, asiente corroborando lo dicho por el Contador de Historias quien vuelve a hablar con la mirada atónita de los más jóvenes posada en sus palabras.
A ver, ¿quién quiere ser el siguiente?
Varias manos se levantan con la esperanza de ser el elegido.
Matilda, ¿cuál has escogido tú? Dime la fecha y la página…
Y Matilda, una niña de cerca de siete años con el pelo más oscuro e impenetrable que el carbón, pero más brillante, pide que le pasen uno de los álbumes. Es pequeña y regordeta aunque mueve las páginas del archivador con mucha soltura, encuentra su elección y antes de leer con las dificultades típicas de su edad, se coloca bien el lazo amarillo chillón que recoge su cabello y que tanto le gusta, y con voz aguda pero melódica, termina por hablar.
29 de mayo de 2017, página 70.
El Contador de Historias se sorprende y alegra ante el caso escogido.
¡Muy bien, Matilda!… yo también quería comentarlo con vosotros, pero primero… por favor… ¿nos dices por qué lo has escogido?
Matilda se ruboriza nerviosa y aun así, su respuesta suena adulta y graciosa.
Pues ciertamente… la razón sonará… mmm… divertida, a mi m’aparecido importante…
Con las dudas muestra durante un instante su fragilidad infantil, pero cómo la vida fuera del Núcleo le demostró, la debilidad se paga, por lo que en pocos segundos Matilda se recompone como hace siempre y continúa.
… la noticia está mucho más subrayada que otras…
Muy observadora, muy bien… esa historia, cómo ha dicho Matilda, es muy, muy importante para que entendamos el mundo actual ya que se trata del primer ser humano que utilizó el MDPV en su propio beneficio y en claro perjuicio de otro, estudió la droga y olvidándose de la importancia del medio, se lanzó a la yugular del fin y he de advertiros, lo consiguió. Fue el pionero que aplicó los valores de la escuela de Chicago a la droga que hoy nos atenaza…
Lo de la anoréxica comiéndose a sus amigas y a sí misma no sé si es terror o humor macabro. me gustaría que algún haz de luz y color se colara en el relato.
Todo irá llegando Enrique, pero al fin y al cabo el relato está comenzando, es una lástima que por querer esperar a las ilustraciones y por terminar el primer diseño del Juego de Mesa no hayamos publicado más, aunque eso sí, esperamos que con los siguientes capítulos vayan saliendo algunos sentimientos más luminosos 😉
Estaremos al tanto